miércoles, 17 de febrero de 2021

Pio Baroja pensamiento

17/02/2021  

El árbol de la ciencia (Pío Baroja) 

El protagonista Andrés Hurtado está empeñado uno discusión filosófica con su tío, el hombre que más estima. El asunto principal es el sentido de la vida humana. En este pasaje se nos aclara el sentido del título de la obra.

 - Ya la ciencia para vosotros -dijo Iturrioz - no es una institución con un fin humano, ya es algo más; la habéis convertido en ídolo. 

- Hay la esperanza de que la verdad, aún la que hoy es inútil, pueda ser útil mañana - replicó Andrés.

 - Bah utopías!, tú crees que vamos aprovechar las verdades astronómicas alguna vez? 

- Alguna vez? La hemos aprovechado ya.

 - En que? - En el concepto del mundo.

 - Está bien, pero yo hablaba del aprovechamiento práctico, inmediato. Yo en el fondo estoy convencido que la verdad en bloque es mala para la vida. Esa anomalía que se llama vida necesita estar basada en el capricho, quizás en la mentira. 

- En eso estoy conforme -dijo Andrés- La voluntad, el deseo de vivir, es tan fuerte en el animal, como en el hombre. En el hombre es mayor la comprensión. A más comprender corresponde menos desear. Esto es lógico, y además se comprueba en la realidad. la apetencia por conocer se despierta en los individuos que están al fin de la evolución, cuando el instinto de vivir languidece. El hombre, cuya necesidad es conocer, es como la mariposa que rompe la crisálida antes de morir. El individuo sano, vivo, fuerte, no ve las cosas como son, porque no le conviene. Está dentro de una alucinación. Don Quijote, a quien Cervantes quiso dar un sentido negativo, es un símbolo de la afirmación de la vida. Don Quijote vive más que todas las personas que lo rodean, viven más y con más intensidad que los otros. El individuo o el pueblo que quiere vivir se envuelve en nubes como los antiguos dioses cuando se aparecían a los mortales. El instinto vital necesita de la ficción para afirmarse. La ciencia entonces, su instinto de crítica, su instinto de averiguación, debe encontrar una verdad: la cantidad de mentira que es necesaria para la vida. Se ríe usted? .

 - Si, me río, porque eso que tu expones con palabras del día, está dicho nada menos que en la Biblia! 

- Bah! 

- Si, en el Génesis. Tú habrás leído que en el centro del Paraíso había árboles, el árbol de la vida y el árbol de la ciencia del bien y del mal, el árbol de la vida era inmenso, frondoso, y según algunos santos padres daba la inmortalidad. El árbol de la ciencia no se dice cómo era, probablemente sería mezquino y triste. Y tú sabes lo que dijo Dios a Adán? - No recuerdo, la verdad.

 - Pues al tenerlo a Adan adelante, le dijo. Puedes comer todos los frutos del jardín; pero cuidado con los frutos del árbol de la ciencia del bien y del mal, porque el día que tú comerás su fruto morirás de muerte. Y Dios, seguramente añadió: Comed del árbol de la ciencia, porque ese fruto agrio os dará una la tendencia a mejorar que os destruirá. No es un consejo admirable?  

Introducción al análisis. 

Se trata de un problema efectivo, Baroja ya en su tiempo hablaba de una realidad que viene confirmada en el presente; que el avanzar del conocimiento nos lleva a una pérdida del instinto de vida; de un desinterés por vivir.

Propongo repartir de una cuestion: podemos hablar de 'ser humano', o se debería hablar de 'proyecto humano'? Porque ya Aristóteles nos plantea la falta de conformidad de la 'forma'; la falta de plenitud. En otras palabras lo humano es sólo en potencia y no en acto, es decir la decadencia se refiere al proyecto humano y no al ser, ya que éste nunca fue. Es muy importante tener presente esta distinción, porque en definitiva el aparente destino humano según Baroja, no puede ser aplicado en cuanto el humano todavía no tiene historia. La época de los imperios tenían una explicacion en la falta de percepción de lo limitado del mundo, de la Tierra, faltaba el conocimiento 'astronomico', el redimensionamiento del hábitat en cuanto limitado y un redimensionamiento cosmológico que llevara al ser humano a recuperar su origen terreno. 

El concepto de potencia, nos habla de esfuerzo y de tiempo, la creatura debe ser capaz de almacenar una fortaleza en el tiempo y para alcanzar tal objetivo se vuelve necesario la reformularia del mismo paradigma humano en sucesión, el error cometido por el presente proyecto humano fue el de confundir como más valiente un hombre con arco y flecha que uno sin ellos. Es decir el aumento de la potencia fue delegado al aumento de la potencia de los instrumentos, y como decía Thoreau, naufraga siendo instrumento de sus propias fantasias.

 Si bien nuestro fracaso nos dice claramente que el proyecto humano, por su propria naturaleza es muy difícil de plasmar, no tenemos ni podemos tener la certeza del destino. De hecho se puede considerar que la cultura oriental en general, a diferencia de la europea, no abusaba de la técnica, seguramente la formación espiritual era más simple y profunda menos propensa a ideas fantasiosas.

Cuando se tensa un arco es necesario que esta accion sea progresiva, gradual, que el material tenga el tiempo de ajustar su própria fibra interna, como así también la certeza del objetivo. Un movimiento brusco sin control lleva al fracaso, a la aniquilación.

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