jueves, 28 de mayo de 2020

Charlas con Pablo - ¿Cómo es el asunto de tu teoría, Tío?

28/1/2005. ¿Cómo es el asunto de tu teoría, Tío? - Bueno, de alguna manera todos tenemos una teoría sobre algo, si suponemos ese algo como un punto en el espacio cartesiano, lo que efectuamos es una determinación de coordenadas según nuestros ejes cognoscitivos. Lo podríamos llamar el espacio socrático donde cada punto o zona, representa un conocimiento.

- No me parece que todos entendamos de todo, ni de la misma manera. - Tienes razón. Te cuento que mi teoría, que llamé Ar por Ardigò y por árbol, intenta identificar el desarrollo del mecanismo evolutivo utilizando como referencia la forma geométrica del árbol. Es decir que la dinámica de todos los procesos pueden aplicarse a esa estructura. - Algo entendí, pero, y Ardigò ¿cultivaba árboles? - Era seguramente un amante de la naturaleza y tenía un pequeño huerto. Bromas aparte, Roberto Ardigò fue un gran hombre, un importante filósofo italiano de la segunda mitad del siglo XIX, que desarrolló diversos conceptos sobre la evolución natural. Si quieres más información puedes ir a la Biblioteca Nacional de Nápoles o conectarte con el sitio www.apeiron-ar.it. donde trataré de exponer material de él, hoy se cumplen 177 años de su nacimiento. - ¿Tiene relación con la Botánica? - Lógicamente el árbol que utilizo es una abstracción o síntesis del árbol vegetal. Me interesa como imagen porque es fácilmente analizable y me permite conectar conceptos a su estructura, de manera tal, que eventuales cambios en ésta impliquen a su vez modificaciones conceptuales. No niego que ciertos 'eventos' del desarrollo del árbol, puedan ser traducidos en clave Ar, es decir darle un significado dentro de la teoría evolutiva general. El lenguaje es más detallista pero necesita una especie de sincronización palabra-concepto entre los que dialogan, mientras la estructura es más directa y clara. Al respecto, le sucedió a Ardigò que no entendieron sus conceptos tomándolo por metafísico, acusándolo de haber creado una concepción abstracta. Yo pongo el árbol y vos me tomas por demasiado concreto. - Ver para creer, o para entender. Tío ¿qué tiene que ver el árbol? ¿te refieres a la organización de las especies o algo así? - No, no en ese sentido. ¿Conoces a Anaximandro? - ¿El del ápeiron? Nunca lo entendí muy bien - Exacto, fue seguramente, por lo que sabemos, el primero en reconocer la evolución de las especies e imaginó una especie de ente que estaba en el origen de las cosas pero que no pertenecía a ninguna. Bueno, estás hablando con el descubridor del Ápeiron de Anaximandro, es decir el árbol. Más precisamente la estructura o arquitectura y una parte de la dinámica del árbol, presentan los principios básicos de la mecánica evolutiva, como yo la entiendo. - Perdóname, pero no entiendo nada. Es probable; es necesario un entrenamiento mental, o para decirlo en Ar, aumentar las vibraciones, trasladar el sistema de coordenadas cognoscitivas. Como dije antes, estamos familiarizados a ver-entender lo que tiene forma, bueno el árbol es una función o ser o ente o cosa; el mismo concepto para muchas palabras, serían 'formaciones naturales' como las define Ardigò. Prefiero llamarla función, porque está más directamente relacionado con el uso, los seres están caracterizados por sus funcionalidades, yo comprendo 'vaca', no tanto por algo que tenga su imagen sino por algo que haga todo lo que hace una vaca, que funcione como vaca. El árbol o Ar trata de ocupar espacio en modo progresivo, ésta es la clave, la condición que establezco como principio evolutivo. El Ar trata de ocupar espacio en modo progresivo esa es su función. - Ahora voy entendiendo Tío, o sea que si el ápeiron es el Ar, una vez que determinas la mecánica, descubres la metodología de todos los procesos evolutivos. Me parece un poco exagerado. Bueno Tío, me voy a la facu, hasta mañana.

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